En el año 2001, a pura pasión y audacia, decidimos emprender esta aventura enfocada en la calidad y la innovación. Así nació Puerto Blest, el primer tostadero de café especial en Argentina y desde entonces nos impulsa la vocación de seguir expandiendo este extraordinario universo.
Buscamos lotes singulares, esos que son favoritos indiscutidos y también los distintos que sorprenden. Nos abocamos a la capacitación, porque conocer sobre el producto y toda su cadena de valor es tan importante como prepararlo con maestría. Sabemos que un café excepcional es fruto del trabajo y el compromiso de mucha gente, por eso tostamos honrando la dedicación de los caficultores y crecemos de la mano de un gran equipo de talentos. Nuestro objetivo es que tengas una experiencia única, que solo tomes café sino que el café te tome a vos, por completo.
Si hay algo que tenemos claro en Puerto Blest Tostadores es que cada grano de café tiene una historia única, un origen que lo distingue. Desde el suelo que lo nutre hasta las manos que lo cosechan, cada caficultor, cada región, cada país, imprime su sello en el grano. Es por eso que el trato directo con los caficultores es más que una práctica: es una convicción. Nuestro coffee hunter viaja a cada país para seleccionar los mejores lotes. Para nosotros, los caficultores no son simples proveedores, son aliados estratégicos. Compartimos experiencias, conocimientos y valoramos profundamente su aporte, que va más allá del grano de café. Transmitir su pasión y su compromiso con la calidad es una parte fundamental de nuestra filosofía como empresa.
Entendemos que el agua es un recurso vital en la producción de café: cada taza contiene entre 95% y 98% de agua. Conscientes de las problemáticas socioambientales y la escasez global del recurso hacemos nuestro aporte para preservarlo. Nuestras fincas aliadas están comprometidas con el manejo sostenible del agua, no solo en beneficio de sus propios cultivos, sino también contribuyendo a la preservación de su entorno. Sabemos que la identidad de cada lote no solo reside en sus atributos sensoriales, sino también en la dedicación que atraviesa toda la cadena de valor y el respeto ambiental es parte fundamental de eso.